miércoles, 14 de enero de 2015

Viaje a Australia (X). La búsqueda de empleo.


Las semanas transcurrían inquietas en Brisbane y el nivel de vida de la ciudad empezaba a pasarme factura, y nunca mejor dicho. El alquiler semanal de la habitación, la comida, teléfono y transporte hacían bajar los números de la cuenta corriente de una forma bestial. Y eso que había conseguido un "trabajo" de 4 horas a la semana gracias a Luis, uno de mis compañeros de clase, pero apenas me daba para cubrir la comida y poco mas. Tengo que aclarar que busqué algún empleo especializado en algo que ya había trabajado en España, que era operador de almacén o administrativo. Pero esa clase de trabajos están prácticamente vetados para los estudiantes, así que tuve que ir bajando mis exigencias hasta aceptar cualquier tipo de trabajo que surgiera con tal de mantenerme.

Los pocos ahorros que me habían quedado después de planear todo el viaje estaban casi agotados, ni siquiera tenía para comprarme el billete de avión si decidía volverme a España. La ansiedad empezó a apoderarse de mi, necesitaba un trabajo ya. Mi familia parecía haberse dado cuenta que no lo estaba pasando del todo bien en tierras australianas e hicieron una pequeña recolecta y me ingresaron un buen dinero en mi cuenta que me salvaría en caso de que la cosa fuera a peor.

Yo siempre he sido una persona orgullosa, había ido a Australia para triunfar o al menos a intentarlo, de ninguna manera iba a usar el dinero que a mi familia tanto les cuesta ganar para sobrevivir en Australia y luego tener que volver a España con el rabo entre las piernas. Me negaba a que eso ocurriera.
A pesar de la frustración que sentía esas primeras semanas por no conseguir trabajo, me sentía feliz por el hecho de que una vez más, sin necesidad de que yo lo pidiese, mi familia había estado ahí echándome una mano cuando las cosas iban mal y eso me daba confianza para afrontar las cosas con mayor seguridad.

Le había comentado a Roberto, un salmantino bastante generoso que había conocido mediante Miguel en la agencia, mi problema laboral. Y gracias a él me llamaron para trabajar de dishwasher (lavaplatos) en un restaurante chino en Gold Coast, una ciudad a más de una hora de Brisbane.

El sueldo no era bueno, pues $12 por hora era algo insultante cuando lo mínimo que se pagaba en cualquier empleo eran unos $18 por hora.  Pero al ser 10 horas diarias, con almuerzo y cena incluidos, hacía que el total ganado a la semana fuera más que suficiente para vivir sin problemas. El trabajo era muy duro y bastante exigente. Aparte de las casi 13 h. diarias que había que dedicarle entre trabajo y desplazamientos, lo cual me suponía un gran inconveniente con la escuela, pues faltaba mucho a clase y hacía que mi nivel de asistencia bajara considerablemente lo cual condujo a que me mandarán un "warning" o aviso diciendome que no estaba cumpliendo con los requisitos del curso y que llamarían a inmigración con la consiguiente anulación de mi visa y posterior deportación si seguía  faltando a clases.


Así que, después de 4 días de intenso trabajo y con la felicidad de haber conseguido mi primer sueldo de verdad en Australia ($480 en una bolsa de plástico con mi nombre en chino..ver imagen) cedí el trabajo a mi amigo Carlos, que tenía un curso que le daba más libertad con el tema de la asistencia y que también lo estaba pasando un poco mal con la búsqueda de empleo.

Poco después me volvió a llamar Roberto para decirme que había un puesto disponible como cleaner (limpiador) en un edificio de oficinas y rápidamente lo acepté. Eran 4 horas diarias y estaba a 15 minutos de casa, lo que me permitía ir a clases sin problemas. Aunque ganaba menos que en el restaurante, éste trabajo me dio  la estabilidad para poder seguir viviendo en Australia y no tocar el dinero que mi familia me prestó.

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